Es posible que hayas experimentado, como a mí también me sucede, que cuando tenemos muchas tareas delante y nos involucramos en ellas el tiempo parece volar. Miras el reloj y al cabo de lo que percibes como un momento, tu reloj señala que ha pasado ya media hora… o tal vez más! Seguro que también te sorprendes y piensas… ¡cómo pasa el tiempo!
Actualmente hay diversas teorías circulando por la red que indican que el tiempo se está acortando, es decir, la duración de un día actual se ha reducido. No puedo decir mucho acerca de estas teorías pero sí puedo compartir mi experiencia subjetiva, igual a la de muchas personas, de que el tiempo pasa muy rápido, sobre todo cuando estamos en un ritmo de gran actividad.
Mi sensación personal es que la percepción del tiempo está relacionada con la actividad de nuestra mente. Desde una mente acelerada percibimos una aceleración en el tiempo. Y, con seguridad, la aceleración de la mente no nos va a traer nada bueno, aparte de un mayor nivel de estrés e imprecisión en nuestras acciones y decisiones.