Recientemente participé en un retiro de silencio y meditación en el que se nos animó a los participantes a llevar un registro de nuestras experiencias y reflexiones en un diario, es decir, practicar la técnica del denominado journaling (estamos cada vez mas invadidos de anglicismos!) o mantener un diario personal. En diferentes momentos del retiro tuvimos meditaciones enfocadas en algún pensamiento o experiencia específicos, como por ejemplo, descubrir y reconectar con nuestra cualidades más esenciales e intrínsecas y observar qué es lo que bloquea su expresión natural en nuestra vida. Después de la meditación disponíamos de tiempo específico para reflexionar y escribir sobre la experiencia, y al mismo tiempo, dejar que se plasmara en el diario todo lo que necesitáramos o sintiéramos en ese momento e ir ampliando así nuestra auto-exploración.
Como varios participantes comentaron al final del retiro, la práctica de plasmar las experiencias, aprendizajes y reflexiones en las páginas del diario tuvo un efecto realmente mágico, sanador y terapéutico. Era como estar hablando con alguien y sentirte escuchado y comprendido. Y todo lo hacía uno mismo.
Sin duda, hay algo especial y profundamente beneficioso en dedicar un tiempo a plasmar nuestros pensamientos y experiencias en las hojas de un diario (importante, no en un dispositivo electrónico con pantalla, no, tiene que ser un diario tradicional y con el método de escritura convencional con bolígrafo, lápiz o rotulador). A medida que vamos soltando esas ideas y dejando que nuestro bolígrafo o utensilio de escritura vaya surcando la página, empezamos a disfrutar de un curioso y muy agradable fenomeno de sincronicidad entre pensamiento y acción. Lo que pensamos se está plasmando literalmente en la página del diario y a la vez, para poder ir escribiendo lo que pensamos, vamos sintiendo la necesidad de ir reduciendo la velocidad de nuestra mente (habitualmente nuestros pensamientos surgen con demasiada velocidad como para que podamos irlos anotando!)
Y entonces es cuando sucede la magia y sientes que tu mano, literalmente, se suelta. La escritura adopta una fluidez asombrosa y en las páginas del diario se suceden las ideas encadenándose unas con otras fácil y continuadamente. En el proceso, notarás que tu mente se vuelve muy activa y energética. Cuando decides terminar el proceso de escritura te sentirás con más energía, con gran bienestar y con una agradable sensación de vitalidad y lucidez.
Por supuesto, hay que practicar un poco antes de alcanzar este punto óptimo y para ello te recomiendo que pongas atención a tres aspectos clave:
1) Escribe para ti. No escribas para nadie más, ni siquiera pienses que alguien podrá leer tu diario en algun momento. Date permiso para escribir lo que sientas sin limitaciones. Este es uno de los puntos realmente beneficiosos en la practica de escribir el diario.
2) No te preocupes por el formato ni la inteligibilidad. De nuevo, no tienes que enseñarle a nadie el resultado. Suelta tu mano y deja que recorra tu diario a su manera, tal vez ni se entiendan algunas cosas, no importa, no cortes el fluir de tu inspiración. No te limites a los simbolos del lenguage escrito, puedes usar dibujos, garabatos, lo que surja, sin restricciones.
3) No busques un sentido secuencial en lo que escribes. Deja que tus ideas fluyan de forma fluida sin necesidad de concatenarlas. La mente no funciona de forma secuancial sino que funciona a saltos, salta entre temas y entre el pasado, el presente y el futuro. Deja que tu escritura refleje el funcionamiento natural de tu mente. Sin embargo, si notas que empiezas a desarrollar algo específico de modo natural y enfocado, sigue por ese camino, ahí es donde descubrirás cosas sorprendentes.
Los expertos recomiendan 20 minutos de escritura en el diario cada día, por lo menos, aunque puedes prolongar el tiempo si lo necesitas. Prueba esta experiencia empezando por las mañanas, antes de empezar tu actividad diaria, dedica unos momentos a plasmar tus experiencias y reflexiones en tu diario. También es recomendable hacerlo por la noche. Observa cómo te sientes y todo lo que puedes descubrir de ti.
Comparte con nosotros en Atentamente tus experiencias si lo deseas, nos encantará saber de ti y de tus logros practicando la escritura en el diario.
Y, sobre todo, disfruta y sigue progresando y creciendo!
Atentamente,
Guillermo Simó
NELLY toro says
Una vieja costumbre era regalar diarios a los adolescentes , especialmente a las jovenes quinceañeras .yo usaba una mascota donde plasmaba los acontecimientos más importantes , pero lo hacía con un poco de rima como si fuera una poesía. Les ponía títulos y hasta un seudónimo ,di alguien lo leía no sabrían q se trataba de mi …y que bien me sentía con semejante confidente . Pienso debemos retomar la vieja práctica
Petri says
Guillermo,me gusta tu propuesta,y enseguida la lleve a la práctica,todabía sigo en prácticando
pero cada día me atrae más.
Veo una forma muy beneficiosa y terapéutica de conocernos y amarnos, para seguir el proceso
del cambío personal.
Muchas gracias.
Fernanda says
Me gustó mucho el libro de José Vicente Bonet Martí «El Diario Íntimo: Buceando hacia el Yo Profundo».
Coincidí con él en el 2003 y me dedicó su libro!!! Lo tengo entre mis libros de cabecera.
He consultado y leo que falleció en noviembre del 2014. Ya está en La Luz…
Conchita says
He copiado las 3 clves
las voy a fotocopiar y las vamos a estudiar
en una de mis clases
me gusta que mis alumnos disfruten lo mismo que yo y progresen lo mismo que yo.
Agustin says
Enhorabuena, amigos Enrique y Guillermo, por vuestra sugerencia. A lo largo de los años he volcado mis ideas y emociones en un cuaderno, cuando el cuerpo me lo pedia. Es muy liberador.Pero nunca he llevado un diario. Probare. Gracias. Abrazos, Agustín
Guillermo Simó Kadletz says
Gracias Agustín, un abrazo también
jenny castro says
Tengo 72 años, escribo desde muy chica, tuve periodos en que deje, cuando retome estimo que hace 30 años no abandome mas, hace dos anos por una caida me fisure un hueso del hombro derecho, empece a escribir con la mano izquierda, y sigo , es increiblemente maravilloso, la letra totalmente distinta.
Guillermo Simó Kadletz says
Gracias Jenny, por compartir tu interesante experiencia. Sí, me olvidé de poner en el post que es una práctica recomendable tratar de escribir con la mano con la que no escribes habitualmente. Tú ya lo has tenido que hacer! Saludos de paz.
Loly says
Excelente terapia no sólo para volcar lo que nos sucede y el poso emocional que esto deja en nuestro mapa mental y emocional, sino que nos ayuda a encontrar, en el interior, respuestas que en otras ocasiones buscábamos en los confesionarios de antaño o en el sillón del psiquiatra.
Ninguna terapia es tan regeneradora y tan reconectiva.
Un abrazo lleno de gratitud!
Enriqueta Manglano says
Siempre he tenido afición a plasmar mis ideas y pensamientos. Y así lo he hecho.
Me parecen naturales las tres claves que propones para el diario personal, puesto que no es una carta, sino una expresión mia para mí.
Sin embargo, no hago uso de un cuaderno, ni de un horario, ni la menor disciplina. Más bien escribo cuando mi mente está desbocada y me abruma la vida.
Siempre tengo miedo de que alguién lo lea y rompo el papel.
NOTA.- Ayer repasé dos capítulos de arquitectura de la calma. Los tenía subrayados pero ya no me acordaba. Me hizo mucho bien.
Guillermo Simó Kadletz says
Gracias Enriqueta!
Rosario gimenez says
Muchas gracias Guillermo, seguiré tu recomendación. Un saludo de paz.
júlia says
Hace tiempo que quiero probar ese tipo de escritura. Ahora me has dado una buena pauta; me cortaba la idea de la inteligibilidad y de lo absurdo, pero ya veo que eso también puede estar incluido.